Sunday, December 17, 2006

Animal nocturno













Cuando me rodeas con tus brazos fuertes
y me acaricias los labios con tu aliento
mi mente se despoja de conciencias,
en mi espacio no existen consecuencias,
me convierto en animal nocturno,
y tú en mi presa predilecta.

Tú tienes todo bajo control,
calculas cada movimiento,
estudias cada gesto
y traduces el lenguaje de mi respiración.

Mantienes distancia entre cielo y abismo;
no como yo… que ando en el horizonte de los dos.

Tú, mi protector.

Cuando me rodeas con tus brazos fuertes
y me adentras al mundo de tus besos
abandono mi condición humana,
despierta lo primitivo en mi interior;
dejo la sensatez a un lado
y me hago tan vulnerable
a tus labios,
a tus caricias,
a tu amor.

Tú, mi perdición.

Tú mantienes la cordura
y controlas la situación.
Yo me pierdo en ti
y hago lo posible por romper
tu muro de contención.

Yo, tu tentación.

Te llevo al borde donde se pierde la conciencia,
pero no das un paso más,
y si lo das,
me proteges para que no hayan consecuencias.

Por eso confío en ti.
Con los ojos cerrados
dejo que hagas lo que quieras de mí.

Por eso desato la bestia que hay en mí,
porque cuando me ataca la locura
tú tienes cordura
suficiente para los dos.

Por eso me enamoré de ti,
porque solamente usas mi vulnerabilidad
para darme amor,
porque no me arrastras al abismo,
como lo hago yo.

Friday, December 15, 2006

Dijiste que vendrías










Dijiste que vendrías,
que harías todo lo posible,
pero no te vi.

Incansablemente busqué tu silueta
a través de los cristales
de aquel centro comercial,
pero no te vi.

Dirigí mis atenciones
hacia lo que mis superiores indicaron,
pero cumpliendo sus mandatos
seguía pensando en ti.

Te dibujé en los cuerpos
de quienes pasaron por mi lado.
Te aluciné en el viento,
pero la fantasía se me fue de las manos.

La espera me decía que debía esperar,
un poco mas de tiempo,
que aparecerías en cualquier momento.

Dijiste que vendrías,
que harías todo lo posible,
pero lo imposible detuvo tus pasos.
Te quedaste en la otra dimensión
en el mundo que ya no te pertenece.

Y mi espera se transmutó en desespero,
y el desespero se convirtió en tristeza,
y la tristeza se transformó en coraje
porque dijiste que vendrías,
pero no llegaste aquí.

Tuesday, December 05, 2006

Once horas















Once horas que no se de tí...
apuesto que llamarás a las once.
Cuarenta y tres veces he revisado mi teléfono
para comprobar que aún funciona.

Cuarenta y tres como tus años,
esos que te otorgaron la experiencia
para llevarme a la gloria cuando estamos juntos
y para enclaustrarme en el infierno cuando no estás.

Tú sabes cómo duele; las entrañas arden y convencen
de que sería mejor abandonar el cuerpo
para ir tras el bálsamo que alienta los sentidos...
tu voz...

Tu voz...
te niegas a regalarme su música
y te escondes,
te callas,
te amarran.
Me dejas en un silencio
lleno de ruidos.

El fuego me devora por dentro,
pero la distancia y el silencio
te hacen ajeno a mi sufrimiento.
Eres mi mayor necesidad,
pero no te escucho, no llamas, no estás.

El horizonte de mis ojos
se inunda de gotas de sal...
de lágrimas del mar.

A las once... llamarás a las once
cuando me cubra el sueño
y olvide los reproches.